Hamás negocia con Israel el canje de cautivos por respiradores y prisioneros palestinos

Con solo 13 casos declarados, la franja de Gaza es uno de los territorios menos afectados por el coronavirus, sin duda a causa del aislamiento que le impone Israel desde 2007. La precariedad de su sistema sanitario, semiarrasado después de tres guerras, hace temer a la ONU que sea “incapaz de absorber el impacto de una pandemia tan agresiva como la covid-19”. “Sus hospitales ya están desbordados y al límite”, ha advertido en Twitter Ignacio Casares, subdelegado en Gaza del Comité Internacional de Cruz Roja, ante la “crítica carestía de equipos de detección, respiradores o medicamentos”.
En medio de la inquietud que suscita la desatención de los dos millones de habitantes del enclave, confinados desde hace 13 años en apenas 375 kilómetros cuadrados, la crisis sanitaria ha abierto una rara oportunidad para que Israel y Hamás, que gobierna de facto la franja costera, avancen hacia una hudna o tregua duradera para la reconstrucción de la devastada economía gazatí.
La presencia en Gaza de dos civiles israelíes capturados tras haber cruzado accidentalmente la valla divisoria y la retención por las milicias islamistas de los restos de dos militares muertos en la guerra de 2014 han envenenado los contactos que ambas partes han mantenido con la mediación de Egipto y Naciones Unidas, asistidas por diplomáticos de Qatar y Alemania.
“Va en contra de los intereses de Israel tolerar una escalada de la pandemia en la Franja en pleno colapso de sus hospitales”, señala el analista de seguridad del diario Haaretz Yossi Melman. Por ahora, el Ejército ha permitido el paso de suministros médicos donados por otros países —como un laboratorio de análisis enviado por China— y organizaciones internacionales a través del puesto fronterizo de Erez, e incluso ha hecho llegar con la mediación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) algunos centenares de test de detección. Marcado por el máximo sigilo entre viejos enemigos, decenas de médicos y enfermeros gazatíes han recibido formación para el tratamiento de la covid-19 en instalaciones israelíes del paso de Erez y en el hospital de Ashkelon, ciudad situada 12 kilómetros al norte de esa frontera, según desveló el canal estatal de televisión KAN.