Conozca los cambios que impulsa Obama al espionaje de la NSA

El presidente Barack Obama ha pedido que se realicen cambios importantes en la manera cómo las agencias de inteligencia de Estados Unidos recogen y almacenan información sobre los habitantes del paí­s y los extranjeros, a raí­z de las revelaciones que han desatado la ira por la amplia vigilancia que ha ejercido ese gobierno y las preocupaciones que ha generado sobre la privacidad.

Algunos de los cambios entrarán en vigor inmediatamente. Otras requerirán más estudio y podrán ser implementados por el Congreso estadounidense.

Aquí un vistazo a algunos de los cambios realizados por el presidente:

ALMACENAMIENTO DE REGISTROS TELEFONICOS

De manera inmediata, la Agencia de Seguridad Nacional estadounidense tendrá que obtener permiso de un tribunal secreto antes de interceptar y acceder a los registros telefónicos que se recogen sobre cientos de millones de estadounidenses.

Estos registros, que incluyen los números marcados y duración de las llamadas, pero no el contenido de las mismas, actualmente se almacenan por el gobierno. Pero Obama está pidiendo que eso cambie. Ha ordenado al fiscal general y a las agencias de inteligencia crear un nuevo plan para que un tercero almacene éstos datos. Algunas propuestas que han considerado en el pasado incluyen a compañí­as telefónicas o a un tercero encargado de dicho almacenamiento de datos.

Además, el gobierno ya no podrá acceder a los registros telefónicos más allá de dos «saltos» o llamadas de la persona a la que se dirigen. Eso significa que el gobierno no puede acceder a los registros de alguien que llama a alguien que llamó a alguien que llamó al sospechoso.

CARTAS DE SEGURIDAD NACIONAL

Las cartas de seguridad nacional no se mantendrán en secreto de manera indefinida. Policí­as de rango federal son los encargados de emitir estas cartas que usualmente van dirigidas a los bancos, a compañí­as telefónicas y otras entidades. En ellas, exigen información sobre clientes. Las entidades destinatarias están actualmente impedidas de revelar que han recibido dichas solicitudes. La propuesta de Obama pide que el gobierno argumente la necesidad de que esas cartas se mantengan en secreto. La Casa Blanca también dice que quiénes recibieron esas cartas con su respectiva solicitud estarán en capacidad de tener más información sobre las misivas y que esa información estará a disposición del público.

Un aspecto que Obama no propone cambiar es la capacidad del gobierno para emitir dichas cartas sin solicitar la aprobación previa de un tribunal.

ESPIONAJE DE LíDERES EN EL EXTRANJERO

Las revelaciones de que Estados Unidos monitoreaba a los jefes de Estado amigos provocó indignación en el extranjero. En el futuro, el gobierno de Estados Unidos no va a monitorear las comunicaciones de sus «amigos y aliados en el extranjero» a menos que haya un propósito de seguridad nacional que así­ lo obligue. La Casa Blanca, no obstante, no ha dado a conocer una lista de los paí­ses que se encuentran en la categorí­a de amigos, por lo que hay poca claridad sobre cómo se implementará la medida.

ESPIONAJE DE EXTRANJEROS

Obama promulgó una directiva presidencial que describe con que finalidades el gobierno espí­a y hace inteligencia, y cuáles son los propósitos que no están permitidos. La directiva dice que el gobierno utiliza los datos para hacer actividades de contrainteligencia, actividades anti-terroristas y para proteger su seguridad cibernética, así­ como a las fuerzas estadounidenses y a sus aliados, y para luchar contra la proliferación de armas y la delincuencia transnacional. La directiva dice la inteligencia no se puede usar para atacar o suprimir la crí­tica, para proporcionar una ventaja competitiva a empresas de Estados Unidos, o para discriminar a las personas por su raza, género u orientación sexual.

Obama también propone ampliar protecciones que los ciudadanos estadounidenses tienen en contra del espionaje a algunos extranjeros. Ordenó al Director Nacional de Inteligencia y al Fiscal General desarrollar una serie de salvaguardias que establecen cuánto tiempo Estados Unidos puede tener en su poder información sobre ciudadanos no estadounidenses en el extranjero, y cuáles son las restricciones para la utilización de esos datos.

DEFENSOR DE LA PRIVACIDAD

Obama pidió a un panel de activistas externos a la Casa Blanca que representen a los ciudadanos en casos que preocupen la privacidad y las libertades civiles ante el Tribunal de Vigilancia de Inteligencia Extranjera. Estos defensores estarí­an presentes en los casos en que el tribunal tramite asuntos que son novedosos o importantes. Es decir, son casos que un tribunal no ha juzgado con anterioridad.

Esta es una propuesta que Obama no puede implementar por su cuenta pues se trata de otra rama del poder público y el Congreso tendrá que reformar la ley para cambiar la forma en que ese tribunal funciona.

CAMBIOS DE PERSONAL

Obama ordenó al Departamento de Estado que designe a un funcionario de alto rango que coordine las controversias diplomáticas que se presenten con respecto a la tecnologí­a y a la recopilación de datos. En la Casa Blanca, un alto funcionario será designado para que las garantí­as al derecho a la intimidad y la privacidad sean observadas. Obama también quiere centralizar el proceso por el que se hacen peticiones de información de inteligencia a Estados Unidos y que provienen de gobiernos extranjeros. Obama ordenó a un asesor de alto nivel de la Casa Blanca, John Podesta, a ampliamente revisar la información disponible sobre la privacidad de las personas y a incluir en dicho estudio a expertos de la industria y del tema de la intimidad.

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