Con una multitud en Copacabana comenzó la Jornada Mundial de la Juventud
La XXVIII Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) católica comenzó este martes en Río de Janeiro con la participación de cientos de miles de jóvenes de todas partes del mundo, que se congregaron en la famosa playa de Copacabana.
La ceremonia comenzó con una serie de espectáculos musicales y oraciones colectivas, y prosiguió con una misa a cargo del arzobispo de Río, Orani Tempesta.
El religioso dio la bienvenida a los millares de peregrinos «llegados de todos los lugares de la Tierra», y aseguró: «la ciudad maravillosa se volvió más bella aún con su presencia».
Recordó que la elección de la Archidiócesis de Sao Sebastián de Río de Janeiro par el presente evento fue hecha por el papa emérito Benedicto XVI, al final de la misa celebrada en agosto de 2011 en Madrid, sede de la anterior JMJ.
«Le agradecemos a él la elección y las orientaciones, por el tema de la Jornada y por el incentivo», indicó, en alusión a la consigna de este año: «Id y haced discípulos entre todas las naciones».
Afirmó que a instancias de «la providencia», la presente Jornada, realizada en 1987 en Buenos Aires, vuelve a Latinoamérica en el marco de un evento especial: «la acogida del primer viaje apostólico del primer papa latinoamericano, Francisco, quien «vino a presidir este bello e importante momento de la vida de la iglesia en estas tierras».
Dijo que a partir del jueves próximo, después de que Francisco celebre la esperada misa en la famosa playa, la iglesia podrá afirmar: «El primer Papa latinoamericano de la historia pisó como Sumo Pontífice el suelo de Latinoamérica en este santuario mundial de la juventud en el que se transformó la ciudad en estos días».
Tempesta se refirió, asimismo, al lado social del Evangelio: «El entusiasmo juvenil que se puede ver por todos los rincones muestra el rostro del joven cristiano, que busca unir el testimonio de una vida auténticamente cristiana con las consecuencias sociales del Evangelio».
«Somos llamados a ser protagonistas de un mundo nuevo. Estoy seguro de que ustedes harán eso en sus ciudades, en sus países. El mundo necesita de jóvenes como ustedes», afirmó.
El arzobispo dijo que el encuentro internacional, que coincide con el Año de la Fe, «es un tiempo propicio para renovar nuestros compromisos asumidos en la comunidad cristiana», llevando sus preceptos a la práctica.
«La participación en la comunidad con entusiasmo será la oportunidad de, conviviendo con los demás hermanos y hermanas, testimoniar que otro mundo es posible».
Agregó que «el primer peregrino, que ya está entre nosotros, el Santo Padre, el papa Francisco, se puso entre nosotros en esta caminata y nos indicará caminos durante estos días».