Erdogan acusa a la oposición de provocar las protestas antigubernamentales

El primer ministro turco, Tayyip Erdogan, acusó al principal partido laico de la oposición de agitar una ola de protestas antigubernamentales, mientras decenas de miles se reunían de nuevo en Estambul y Ankara tras una tregua y los disturbios volvían a repetirse en la capital.

La policía usó gases lacrimógenos contra manifestantes en Ankara pero los enfrentamientos fueron relativamente menores en comparación con la violencia de los dos días anteriores en las dos principales ciudades turcas.

 

Calificando a los manifestantes de «unos pocos saqueadores», Erdogan dijo que continuaría con la remodelación de la plaza Taksim, un proyecto que provocó manifestaciones que se han extendido y ahora son una muestra más amplia de descontento contra su formación, el Partido Justicia y Desarrollo (AKP), de raíces islamistas.

 

Edogan identificó al Partido Republicano del Pueblo (CHP) – creado en 1924 por el fundador de la Turquía moderna, un estado laico, Mustafa Kemal Ataturk – de atacar por una disputa que describió como ideológica.

 

«Creo que el principal partido de la oposición que está haciendo llamamientos a la resistencia en todas las calles está provocando estas protestas», dijo Erdogan en televisión.

 

Las mayores protestas antigubernamentales desde hace años en Turquía surgieron cuando talaron unos árboles en la plaza Taksim dentro del plan del Gobierno de construir una nueva mezquita y reconstruir unos barracones de la era otomana.

 

«Esta reacción ya no es por talar 12 árboles. Se basa en la ideología», dijo Erdogan, cuya visión conservadora de la nación ha enfadado a muchos turcos liberales. En referencia a la mezquita que quiere construir, agregó: «Obviamente no pediré permiso para esto al jefe del CHP o a unos pocos saqueadores».

 

Decenas de miles se concentraron el domingo tras una noche más tranquila en la plaza Taksim, que vivió dos días de enfrentamientos entre manifestantes y policía antidisturbios, respaldada por vehículos blindados y helicópteros.

El ambiente era más festivo. Algunos pedían la dimisión de Ergodan y otros cantaban y bailaban. Había poca presencia policial evidente.

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