El Papa Francisco I celebró su primera Misa pública y saludó a los fieles.
El papa celebró esta mañana su primera misa pública en la Parroquia Santa Ana del Vaticano y, lejos de toda formalidad y protocolo, saludó a cada uno de los fieles presentes al término de la misma.
Como un cura de cualquier parroquia, Jorge Bergoglio se instaló a la salida del templo y saludó con apretones de mano, besos, palmadas y abrazos a cada uno de los fieles que participaron de la celebración; muchos de ellos argentinos, mientras los presentes le gritaban «Francesco, Francesco» y «Viva el papa».
En una homilía breve e improvisada, el papa argentino expresó que «el mensaje más fuerte de Jesús es la misericordia» y agregó: «el Señor nunca se cansa de perdonar, al contrario, somos nosotros los que nos cansamos de ir a pedirle perdón». «Jesús se olvida de los pecados. Tiene una capacidad especial para olvidarse. Se olvida, te besa, te abraza y te dice: no te condeno. Ve y de ahora en adelante no pequés más», dijo el santo padre invitando una vez más a la reconciliación, en este quinto domingo de la Cuaresma, que es el tiempo litúrgico de preparación para la Pascua.